POSADAS.- (Por Leo Noli, enviado especial de LG Deportiva) Si algo de drama le faltaba al cierre de su visita a Misiones, Atlético lo encontró al final de un partido que pudo haberse convertido en una riña de gallos con algunos futbolistas rivales. La cosa ya estaba caldeada durante el juego y, en lugar de apagarse cuando Luis Alvarez decretó el corte de la acción, palabras cruzadas, señas y bendecidas entre Nicolás Dematei, ex campeón con el plantel que ascendió a Primera en 2009, y Pablo Garnier, el que busca quedar en los libros por regresar a la A en 2014, reavivaron el fuego.
“En el primer tiempo Dematei nos decía que pagábamos a los árbitros y le dije ‘andá y hablá ahora que nosotros pagamos’. El árbitro en los 90’ nos cobró en contra y si bien sabemos son cosas del fútbol y que nos van a pasar de visitante, te molesta. Habrá que saber jugar contra eso también”. Garnier repasó superficialmente el entredicho con el lateral y después inició el juicio oral hacia Alvarez, de floja faena ayer.
“El segundo tiempo fue flojo porque (Alvarez) nos metió atrás. Cobraba todo para ellos. A ‘Javi’ (Malagueño) en el gol de ellos le hacen falta. Pero bueno, tenemos que hacer autrocrítica, corregir errores y ojalá que este árbitro no nos dirija nunca más porque también de locales nos cobró cualquier cosa”, sostuvo Garnier.
Así como el jujeño recalcó su malestar por el arbitraje, Javier Malagueño pasó a cumplir un rol de reparto clave en el empate de Crucero, porque Tobías Figueroa lo superó a él y después definió fríamente ante Cristian Lucchetti.
“Estoy muy caliente porque la verdad el árbitro influyó mucho. Empezó a meternos, a meternos atrás y se nos hizo muy difícil mantener la pelota. Inclusive en la jugada del gol, siento el empujón (de Figueroa) y me caigo. Esa misma jugada a favor de ellos las cobraba y para nosotros las dejaba pasar”, disparó el central, de lo mejor de Atlético en un encuentro que el punto tuvo gusto a poco.
Por eso, cuando saboreó el 1-0 parcial, Cristian Menéndez lo hizo con mesura y sin festejos abarrotados. “Fue un momento complicado del partido y no daba para mucho festejo. Creo que había que seguir estado metido en el partido y volver a la mitad de la cancha a seguir jugando con los dientes apretados”, reconoció el goleador “decano”, que dejará para el choque contra Unión una coreografía estilo pescador. Eso sí, él tampoco se olvidó de Alvarez.
“Se hace muy difícil cuando te cobran todos fouls en contra y los que son a favor te sancionan por simular”, sentenció.